domingo, 1 de junio de 2008

TRES TAZAS DE TÉ de Greg Mortenson


En 1993, Greg Mortenson regresaba de un intento fallido de alcanzar la cumbre del K2. Exhausto y desorientado, acabó desviándose del camino de descenso y alejándose de su grupo, para vagar perdido por una de las zonas más desoladas del norte de Pakistán. Solo y sin comida, agua o una tienda en la que protegerse, se encontró de pronto en una pobre aldea pakistaní, donde le cuidaron hasta su recuperación.
Sobre el libroMientras se recuperaba, vio como los ochenta y cuatro niños de la aldea, sentados a la intemperie, estudiaban sus lecciones escribiendo con un palo en el suelo embarrado. El pueblo era tan pobre que no podía permitirse el precio de un dólar diario que supone el salario de un profesor local. Antes de regresar a casa, Mortenson les prometió volver y construir una escuela.De aquella promesa nació una de las campañas humanitarias más increíbles de la historia: la misión de un solo hombre de luchar contra el extremismo y el terrorismo construyendo escuelas, especialmente escuelas para niñas, en el país que vio nacer y alimenta a los talibanes.Greg Mortenson y David Oliver Relin han escrito una maravillosa historia sobre increíbles logros en una zona del mundo donde los americanos son temidos y odiados. En su camino por lograr su objetivo, Mortenson ha sufrido un secuestro, cientos de amenazas de muerte, fatwas emitidas por mullahs enfurecidos y largas separaciones de su mujer y de sus hijos. Y a pesar de todo, los resultados obtenidos hablan por si solos.Con más dos millones de ejemplares vendidos, y tras permanecer más de sesenta y cuatro semanas seguidas en la lista de los libros más vendidos del New York Times, ‘Tres tazas de Té’ es todo un fenómeno literario que se ha visto recompensado con un gran apoyo del público y de la crítica. Ha recibido entre otro el reconocimiento de la revista TIME como “Mejor Libro del año 2007 sobre Asia”.Descargar introduccion_tres_tazas_de_te.pdf
Sobre los autores
Greg Mortenson: Co-fundador de la organización internacional Central Asian Institute dedicada a la creación de escuelas en las zonas de Pakistán y Afganistán más castigadas por la pobreza. Han construido ya más de sesenta escuelas en la zona. Entre otros, ha sido reconocido con el premio de la Cruz Roja al ‘Humanitario del Año 2007’.David Oliver Relin: Periodista y escritor afincado en Portland, está especializado en el análisis de información referente a la infancia. Ha recibido numerosos galardones por sus trabajos de investigación y sus entrevistas con los niños soldados han sido incluidas en varios de los Informes Anuales de Amnistía Internacional.
Entre líneas
“Cuando tuvieron los boles de porcelana con té de manteca hirviendo y humeando en sus manos, Haji Ali empezó a hablar. “Si quieres prosperar en el Baltistán, debes respetar nuestras costumbres”, le dijo, soplando su bol. “La primera vez que compartes el té con un balti, eres un desconocido. La segunda vez que tomas el té, eres un invitado especial. Y la tercera vez que compartes una taza de té, pasas a ser parte de la familia, y por nuestra familia, estamos dispuestos a hacer lo que sea, hasta morir”, le explicó, estrechando cariñosamente la mano de Mortenson. “Doctor Greg, debes dedicar tiempo a compartir esas tres tazas de té. Es posible que seamos incultos, pero no somos tontos. Llevamos mucho tiempo viviendo y sobreviviendo aquí”.
“Aquel día, Haji Ali me enseñó la lección más importante de mi vida”, dice Mortenson. “Los americanos creemos que uno tiene que conseguir sus propósitos de forma inmediata. Somos el país de los almuerzos de trabajo de treinta minutos y de los entrenamientos de dos minutos. Nuestros líderes pensaron que su campaña de “terror” podría poner fin a la guerra de Irak antes de que empezara. Haji Ali me enseñó a compartir tres tazas de té, a ralentizar el ritmo y a tener la construcción de relaciones en tanta consideración como la construcción de proyectos. Me enseñó que tenía que aprender del pueblo con el que trabajaba más de lo que podía esperar enseñarles yo”.


Dónde comprarlo
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http://www.ilustrae.com/ilustrae/tres-tazas-de-t.html


La historia de Greg Mortenson es una de esas que, por mucho que sepas que son ciertas, resultan difíciles de creer. A principios de los 90 un alpinista americano que regresaba de una ascensión fallida al K2 se encontró perdido en una de las regiones más agrestes y míseras de Pakistán, el Balstistán. Por fortuna encontró una aldea en dónde, a pesar de la pobreza de sus habitantes, se le acogió como un huésped de honor y se le salvó la vida.
Agradecido, Mortenson pasó una temporada en el poblado balti de Korphe conociendo sus costumbres y necesidades, y le causó particular impresión el que los niños no tuevieran escuelas ni profesores, haciendo los deberes en campo abierto. Mortenson, sin dinero, apoyos, influencia y completamente sólo, prometió dotar a la aldea de una escuela.
Mortenson no sólo consiguió contruir la escuela sino que se terminó encontrando al frente de una organización benéfica que promueve la escolarización (en particular la femenina), el desarrollo sanitario y el económico de una de las regiones más pobres del mundo. Todo ello conseguido por un americano sólo en el turbulento Oriente Medio de después del 11-S.
El libro escrito por David Oliver Relin sobre la gesta de Mortenson tiene una doble intención. La primera es la evidente, dar a conocer al personaje y su fantástica peripecia vital. Sin tapujo alguno Relin confiesan que se ha dejado “fascinar” por Mortenson y leyendo el libro es difícil no terminar haciéndolo.
En honor a la objetividad y para no caer en la hagiografía, Relin dice haber dado voz a los “enemigos”, o por lo menos detractores, de Mortenson. Pero realmente en ningún momento encontramos la “otra cara” que las historias reales suelen tener. Y esto es, muy probablemente, porque no la hay. Relin hace un retrato tan redondo del afán sencillo, voluntarioso y entregado de este hombre que no se aprecian ambigüedades ni dobles raseros. No es tan difícil admitir, después de todo, que hay seres excepcionales en este mundo.
La segunda intención es la política. Lo que empezó siendo una obra altruista se convirtió en la “guerra contra el terror” de un sólo hombre al advertir que otros estaban construyendo otras escuelas: las madrasas fundadas con dinero saudí en las que se forma el pensamiento fundamentalista y jiahidista.
Greg llevó a América el mensaje de que la educación y el desarrollo eran la verdadera guerra contra el terror, que con una escuela en cada pueblo fuera de la órbita fundamentalista los talibanes desaparecerían en una generación. En los Estados Unidos bajo estado de shock tras el 11-S, decir en voz alta que no todos los musulmanes son malvados le valió insultos y amenazas de muerte. Siete años después, Mortenson puede decir que ha llegado al corazón de América: el éxito tanto de su fundación como de este libro así lo prueban.
El trabajo de Relin como narrador es en general correcto. Es capaz de anticiparse a la extrañeza del lector ante los acontecimientos extraños y sorprendentes que se van a suceder, por muy reales que fueran. Mortenson irá haciendo extraños aliados tanto en Pakistán como en Estados Unidos, y las aventuras de su vida pasan por la tensión de ser secuestrado por talibanes al humor un tanto negro de ser secuestrado por una ancianita americana solitaria que le atrae con la promesa de una cuantiosa donación.
Eso no evita sin embargo digresiones que no se acaban de justificar, como por ejemplo el tiempo dedicado al primer fracaso de Mortenson en formar una familia en EE.UU. (por otro lado predecible en un hombre que pasa su vida en la otra punta del mundo). Relin dedica tiempo a que conozcamos al personaje y su entorno familiar, a demostrarnos los sacrificios que ha tenido que hacer, pero no tienen desde luego el mismo valor ni la riqueza que el núcleo de la historia, el trabajo de Mortenson por escolarizar a los niños más pobres del mundo.
Tres tazas de té es una lectura gustosa y agradecida, una visión optimista pero no edulcorada de los conflictos contemporáneos y lo mucho que puede conseguir el valor, la filantropía y un poco de sentido común. Se le podría reprochar que su moraleja política es algo simplista, pero mientras sigamos escuchándo eslóganes del tipo “mátalos a todos y que Alá escoja a los buenos” habrá que combatir al simplismo mentiroso con demostraciones simples.
http://www.papelenblanco.com/2008/05/11-tres-tazas-de-te-de-greg-mortenson-y-david-o-relin


****muchísimas gracias a la genial aportación de lille havfrue. Su blog es: http://havfruelilleden.blogspot.com/.

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