lunes, 26 de mayo de 2008

IRENA SENDLER-la madre de los niños del Holocausto




Mientras la figura de Oscar Schindler era aclamada por medio mundo gracias a Steven Spielberg que se inspiró en él para hacer la película que conseguiría siete Oscar en 1993 narrando la vida de este industrial alemán que evitó la muerte de mil judíos en los campos de concentración, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales.
Sin embargo, en 1999 su historia empezó a conocerse y fue, curiosamente gracias a un grupo de alumnos de un instituto de Kansas y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto.
En su investigación dieron con muy pocas referencias sobre Irena, sólo había un dato sorprendente: había salvado la vida de dos mil quinientos niños Cómo es posible que apenas hubiese información sobre una persona así?
Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual manejaba los comedores comunitarios de la ciudad.
En 1942 los nazis crearon un ghetto en Varsovia e Irena horrorizada por las condiciones en que se vivía allí se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos. Consiguió identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas.
Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controlaran el recinto. Era un momento horroroso, debía convencer a los padres de que le entregaran sus hijos y ellos le preguntaban: "¿Puedes prometerme que mi niño vivirá?"......
¿Qué se podía prometer cuando ni siquiera se sabía si lograrían salir del gueto?
Lo único cierto era que los niños morirían si permanecían en él.Las madres y las abuelas no querían desprenderse de sus hijos y nietos. Irena las entendía perfectamente, en aquel entonces, ella era madre, y de todo el proceso que ella llevaba a cabo con los niños, el más duro era el momento de la separación.
Cada vez que le ocurría algo así, luchaba con más fuerza por salvar a más niños. Comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo lo que estaba a su alcance para esconderlos y sacarlos de allí: cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercaderías, sacos de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.
Con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos con firmas falsificadas dándole identidades temporarias a los niños judíos. Irena vivía los tiempos de la guerra pensando en los tiempos de la paz.
Por eso no le alcanzaba con mantener con vida a esos niños. Quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales, sus familias.
Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades. Apuntaba los datos en pedazos pequeños de papel y los enterraba dentro de botes de conserva bajo un manzano en el jardín de su vecino. Allí aguardó sin que nadie lo sospechase el pasado de dos mil quinientos niños... hasta que los nazis se marcharon.
Pero un día, los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada.
En un colchón de paja de su celda, encontró una estampa ajada de Jesucristo.
La conservó como el resultado de un azar milagroso en aquellos duros momentos de su vida, hasta el año 1979, en que se deshizo de ella y se la obsequió a Juan Pablo II. Irena era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos; soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Le rompieron los pies y las piernas además de innumerables torturas. Pero nadie pudo romper su voluntad. Así que fue sentenciada a muerte. La resistencia le había sobornado porque no querían que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños.
Oficialmente figuraba en las listas de los ejecutados, así que a partir de entonces, Irena continuó trabajando pero con una identidad falsa.Al finalizar la guerra, ella misma desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños que colocó con familias adoptivas. Los reunió con sus parientes diseminados por todo Europa, pero la mayoría había perdido a sus familiares en los campos de concentración nazis. Los niños sólo la conocían por su nombre clave: Jolanta. Irena Sendler estuvo años encadenada a una silla de ruedas, debido a las lesiones que arrastra tras las torturas sufridas por la Gestapo.
No se considera una heroína.


VARSOVIA.- Irena Sendler (1910-2008), quien arriesgó su vida en la Varsovia ocupada por los nazis para salvar de la muerte a 2.500 niños judíos, ha fallecido el lunes 12 de mayo a los 98 años.
******muchísimas gracias a iliamehoy por su maravillosa aportación y por permitirme descubrir su pequeño rincón, una delicia.
la sonrisa imaginada.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, sin duda si que era una heroina anónima, pero como siempre se acordaron de ella cuando murió. Muy interesante el artículo y la bitácora.

Un saludo

MabelBE dijo...

Me gustó la mención de esta dulce y fuerte mujer. Salud!
Mabel.
http://ebelina.blogspot.com